En el sutil espacio de los seres que han sido negados,
“hablan las formas recreadas,
hablan los cuerpos transformados,”
los que yacen continuamente aferrándose
al tiempo perfecto del presente,
los que no hablan del pasado
ni desafían el porvenir, porque aún no viene.
Lo bueno de la vida está en el ahora,
por ello las formas se renuevan continuamente
y los cuerpos transformados como el fénix
son los seres que viven para siempre.